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«INDIA: Entre las peores estadísticas de género del mundo en desarrollo durante la crisis de la Covid-19» por Shilpi Ruiz

«INDIA: Entre las peores estadísticas de género del mundo en desarrollo durante la crisis de la Covid-19» por Shilpi Ruiz

La pandemia de la COVID-19 ha exacerbado las desigualdades de género ya existentes en el mundo pero sobre todo en India con importantes consecuencias para las mujeres. En términos generales, al igual que ha pasado en el resto del globo, la tasa de desempleo se ha disparado, y la pérdida de medios de subsistencia ha aumentado la inseguridad alimentaria. Pero para los 600 millones de mujeres del país, sin medidas políticas correctoras, el impacto podría ser peor.

David Evans, investigador principal del Centro para el Desarrollo Global, indicó cuatro graves preocupaciones en la época de la epidemia en relación al impacto que podía tener en la desigualdad de género en países de ingresos medios y bajos, siendo éstas: la salud sexual, la violencia de pareja, la carga de los cuidados y las crisis económicas[1].

No hay duda de que la pandemia acelera el estrés económico entre los hogares de bajos ingresos. Como resultado, las mujeres de estos hogares son las más afectadas. Brotes como el de la Covid-19 obligaron a países extremadamente poblados como la India a pasar por el cierre de las actividades no esenciales, junto con normas de distanciamiento social. Como era de esperar, el bloqueo sacó a la luz, a través de numerosos informes, un alarmante aumento de la violencia doméstica y este aumento de la violencia de género durante las emergencias de salud pública se convierte en una pesadilla para las mujeres víctimas. Es por ello que se puede decir, que en medio de la pandemia la vulnerabilidad de las mujeres en todo el mundo está agravando las susceptibilidades de género preexistentes.

India tiene algunas de las peores estadísticas de género del mundo en desarrollo. Su tasa de participación femenina en la población activa es una de las más bajas del mundo[2]. Entre las mujeres que trabajan, la mayoría lo hace de forma no remunerada o irregular. Este grupo de empleo, lo que la Organización Internacional del Trabajo llama «empleo vulnerable», ha sido el más afectado durante la pandemia[3]. Así, muchas mujeres corren el riesgo de salir definitivamente del mercado laboral.

En una encuesta de la Fundación Thompson Reuters (2018), la India ha sido nombrada “el país más peligroso del mundo para las mujeres debido a los altos riesgos de violencia sexual”. Además, los expertos afirmaron que «el hecho de que India se sitúe en el primer puesto de la encuesta demuestra que no se está haciendo lo suficiente para abordar los peligros a los que se enfrentan las mujeres»[4].

En tiempos de distanciamiento social y cuarentena, la Comisión Nacional de la Mujer (NCW) ha recibido llamadas de violencia doméstica en todo el país. La situación se ha agravado hasta el punto de que la NCW ha tenido que poner en marcha un número de WhatsApp, además de las denuncias en línea, ya que el encierro ha expuesto a las mujeres a posibles agresores y parejas íntimas abusivas. Los hogares proporcionan un entorno propicio para justificar los comportamientos coercitivos y controladores de los hombres sobre las mujeres, y apenas hay vías de escape para estas, a pesar de que ello repercute en la salud mental y física de las mujeres. Así que, a regañadientes, optan por quedarse atrás.

Además, la pandemia amplió más aún las desigualdades de género en el acceso a la atención sanitaria y es que las niñas, las adolescentes y las mujeres adultas siguen corriendo un mayor riesgo de exclusión del sistema sanitario incluso después de la pandemia. Según datos del gobierno, el 55% de las mujeres dicen no utilizar los servicios sanitarios públicos. Sólo un tercio de los hogares tiene al menos un miembro cubierto por algún seguro médico, lo que también muestra un claro sesgo de género. Los datos demuestran que los padres invierten primero y en mayor medida en los niños que en las niñas, lo que aumenta las desigualdades de género.

La necesidad de distanciamiento social también ha interrumpido temporalmente el funcionamiento de los grupos de autoayuda (SHG) a los que se atribuye la mejora del bienestar y el empoderamiento de las mujeres.

Es por todo ello, que se puede afirmar que el ya estigmatizado papel de las mujeres en la esfera pública se ve agravado por la epidemia y sobre todo en India por las situaciones expuestas en este artículo. La situación posterior a la Covid-19 puede acarrear cada vez más cambios de comportamiento y mentales entre las mujeres con un enorme estrés postraumático.

A nivel mundial, las mujeres siempre han sufrido durante las crisis económicas y de salud pública.

Shilpi Ruiz Polo ( Graduada en Derecho; y estudiante de Máster sobre Diplomacia y Organizaciones Internacionales).


[1] https://www.cgdev.org/blog/how-will-covid-19-affect-women-and-girls-low-and-middle-income-countries

[2] https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_541211.pdf

[3] https://data.worldbank.org/indicator/SL.EMP.VULN.ZS

[4] https://www.reuters.com/article/us-women-dangerous-poll-exclusive-idUSKBN1JM01X

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