Hasta hace un mes los casos estaban más o menos controlados, pero el estado extremo que la pandemia ha llevado otros lugares como Delhi o Hyderabad, hace que miles de personas migrantes regresen a sus aldeas por miedo a que un nuevo confinamiento les pille en mitad del camino, como sucedió el pasado año. Esto multiplica la población de las zonas rurales y favorece la rápida expansión del virus ya que no se hacen pruebas ni saben si son portadores de la enfermedad, además suelen viajar hacinados y en grandes grupos para evitar ataques y darse apoyo en el camino.

En Andhra Pradesh ha habido 1,15M casos de Covid 19 desde que comenzó la pandemia, y desde el 19 de abril se han contabilizado 182.985 casos. Han fallecido 8.136 personas que equivaldría a la desaparición de poblaciones completas como Calanda o Borja, por ejemplo. Es difícil comprender la magnitud de la tragedia ya que nuestro socio local nos advierte que las cifras oficiales no son realistas y que habría que multiplicar los datos por 2.5 para poder acercarnos ligeramente a lo que de verdad está sucediendo.

Actualmente uno de los focos de más contagios en India está en Bangalore, Karnataka, estado limítrofe de Andhra Pradesh y Telangana. Allí hay cadáveres en las calles de familias que no pueden permitirse la cremación, los crematorios están desbordados y la falta de oxígeno ha creado un mercado negro donde sin medios económicos estás abocado a la muerte. India vive una situación descontrolada como no ha experimentado ningún otro país, una emergencia humanitaria ante la que no podemos mirar hacia otro lado.

Hasta ahora, las ONGD como Kumara Infancia del Mundo, nos esforzábamos por hacer comprender a la ciudadanía que formaban parte de la globalidad, ahora la pandemia nos ha abierto los ojos, todas las personas conocemos casos cercanos, hemos perdido familiares o nuestro trabajo y podemos sentirnos más cercanos a lo que la pandemia puede provocar. Por eso pedimos a los ciudadanos y ciudadanas de Aragón que se hagan cargo, que sean conscientes de que es nuestra responsabilidad, de que volver la cabeza, o cerrar los ojos antes la crisis sin precedentes que está viviendo la India, nos aleja de poder considerarnos seres humanos.